Un seminograma es el análisis de una muestra de esperma que se realiza a los hombres para detectar si existe infertilidad por factor masculino, aunque no sólo, ya que también se realiza a los donantes de semen.
¿Qué determina el seminograma?
Con esta prueba se determina la calidad del semen de un hombre; sin embargo, la multitud de parámetros y valores que refleja puede hacer complicado descifrar si se tiene o no un problema de fertilidad por baja calidad seminal. Si tienes delante los resultados de un seminograma, esto es lo que debes saber para poder entenderlo:
Los valores de referencia para considerar una muestra como normal vienen establecidos por la Organización Mundial de la Salud. Estos parámetros se clasifican según dos grandes grupos: macroscópicos y microscópicos. Las características de los primeros pueden apreciarse a simple vista y los más importantes son: el volumen, que se mide en mililitros y se considera normal cuando tiene un volumen superior a 1,5 ml; la licuefacción, que se observa tras dejar a la muestra que se licue de forma natural durante unos 20 minutos, tras esta de estar totalmente líquido.
El color, para que se considere saludable debe tener un color gris amarillento, si es muy transparente puede ser señal de que existe baja concentración de espermatozoides y si es muy opaca se sospecha una concentración elevada de espermatozoides; viscosidad, un semen muy viscoso puede indicar problemas en la próstata y finalmente el pH, cuando lo normal es que el pH del semen sea de entre 7,2 y 7,8, si los resultados indican valores más bajos, es decir más ácidos, la causa puede ser una obstrucción de la vía seminal o una infección.
Parámetros analizados: concentración, motilidad, vitalidad y morfología
Los parámetros microscópicos analizan los aspectos relacionados con los espermatozoides y de ellos, los más importantes son los relativos a la concentración, motilidad, vitalidad y morfología.
La concentración es el número de espermatozoides por mililitro, para que se considere normal debe superar los 15 millones por mililitro o los 39 millones en total por eyaculado. La motilidad analiza tanto el porcentaje de espermatozoides que son capaces de moverse, como la forma en la que lo hacen, si lo hacen de manera progresiva, rápida o lenta. La movilidad es normal si más del 40% de los espermatozoides se mueven y más del 32% lo hace de forma progresiva.
Para que se considere que la vitalidad es normal, al menos un 58% de los espermatozoides deben estar vivos. En cuanto a su morfología, se considera que al menos el 4% de los espermatozoides deben tener una forma normal para considerar la prueba normal. Asimismo, el seminograma también analiza la presencia de leucocitos y estipula que como máximo debe haber 1 millón de leucocitos/ml, pues una cantidad mayor indicaría la presencia de una infección.
Para tener aún más claros los resultados es importante saber que, los valores de referencia de la OMS aparecen entre paréntesis a la derecha del resultado, los actuales son los publicados en 2010. La concentración de espermatozoides se expresa en millones por mililitro y la movilidad, morfología y vitalidad en porcentajes.
Normozoospermia
Cuando todos los valores del seminograma están dentro de los valores normales, el diagnóstico es de normozoospermia. Sin embargo, cuando aparecen alteraciones en alguno de los parámetros -o en varios a la vez- o cuando algunos de estos valores están por debajo del valor normal pueden aparecer los siguientes diagnósticos: hipospermia, cuando el volumen del eyaculado es menor de 1,5 mililitros; hiperespermia, si el volumen del eyaculado supera los 6 mililitros; oligozoospermia, la concentración de espermatozoides es inferior a 15 millones por mililitro; astenozoospermia, cuando el porcentaje de espermatozoides móviles es menor del 32%; necrozoospermia, cuando hay menos de un 58% de espermatozoides vivos; teratozoospermia, cuando existe menos de un 4% de espermatozoides con una forma normal y, en el peor de los casos, azoospermia, que significa que directamente no hay ningún espermatozoide.
También puede ocurrir que se presenten problemas combinados, como la oligoastenoteratozoospermia, donde falla tanto la concentración, como la movilidad y la morfología, y que establece un pronóstico peor de infertilidad. La dificultad para conseguir un embarazo dependerá mucho del parámetro que esté afectado y del grado de afectación que tenga.
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