Hoy en día existen una amplia variedad de métodos anticonceptivos, averiguar cuál es el que mejor nos va no tiene por qué suponer probarlos todos, pero si, al menos, saber en qué consisten. Esta vez os hablamos del implante anticonceptivo, el más eficaz de todos y uno de los menos conocidos.
¿Qué es el implante anticonceptivo?
El implante anticonceptivo es una barrita de plástico flexible del tamaño de una cerilla que se inserta debajo de la piel del brazo y va liberando lentamente una dosis de la hormona progestina. Esto hace que se espese el moco del cuello uterino tanto que los espermatozoides no consiguen atravesarlo, evitando así el embarazo.
Además, esta hormona también puede evitar la ovulación, por lo que, si no hay óvulos que fertilizar, tampoco hay embarazo. Este es un método seguro y muy eficaz, -más del 99%- ya que, al ser un implante, no depende de la forma en la que lo uses, por lo que, no es susceptible a olvidos o colocaciones incorrectas.
¿Cuánto tiempo dura?
Este tipo de implantes tienen una duración de 3 a 5 años -dependiendo del modelo– aunque se puede quitar en cualquier momento y recuperar la fertilidad al instante. Colocarlo apenas lleva unos minutos y se realiza en consulta. Primero se aplica una anestesia local y luego, con una aguja especializada, se inserta el implante. En ese momento no es doloroso, pero después, cuando se acaba el efecto de la anestesia, si puede dejar unos días el brazo algo dolorido.
Si se aplica durante los primeros 7 días del ciclo, -o inmediatamente después de un aborto o de un parto– la seguridad ante el embarazo es total, sin embargo, si se inserta en cualquier otro momento, es importante combinarlo con otro método anticonceptivo -como el condón- durante siete días.
¿Qué beneficios tienes?
Sus beneficios parecen evidentes: estás protegida durante años sin tener que preocuparte por ello y no incomoda ni molesta a la hora de realizar ni las tareas normales del día a día, ni a la hora de mantener relaciones sexuales. Además, ayuda a disminuir los dolores menstruales y a hacer los períodos menstruales más ligeros, disminuye el riesgo de cáncer uterino y no pone en peligro tu fertilidad, en caso de que quieras dejar de utilizarlo y quedarte embarazada.
Otro beneficio es que sólo contiene progestina, cuando la mayoría de los métodos anticonceptivos hormonales contienen progestina y estrógeno, esto permite que puedan usarlo todas aquellas mujeres que por diversas condiciones médicas no pueden usar métodos que contengan estrógeno.
También hay desventajas…
Sin embargo, también cuenta con unas cuantas desventajas que lo convierten en un método no adecuado para todas las mujeres. La primera de ella es que no protege de las ETS, por lo que, si no tenemos una pareja estable, es preferible utilizar otro método.
Además, no debe recomendarse su uso si se tiene alergia a alguno de los componentes del implante, si has tenido coágulos de sangre graves, un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular; si tienes tumores en el hígado o alguna enfermedad hepática; si padeces cáncer de mama o sospechas que puedas tenerlo o incluso si tienes antecedentes familiares directos con cáncer y/o si presentas hemorragias genitales anormales sin diagnóstico.
Por otro lado, algunas mujeres han detectado que el uso del implante favorecía o empeoraba la depresión, generalmente, cuando ya se era propensa a ella. Por lo tanto, en caso de tener problemas de este tipo es recomendable poner a tu médico en sobre aviso, y en caso de utilizar el implante, si notas que la depresión o los problemas emocionales empeoran, retirarlo de inmediato.
Es importante que nos sintamos cómodas y seguras con todo aquel método anticonceptivo que decidamos utilizar. Y recuerda que ante cualquier signo extraño debemos consultarlo con nuestro médico, lo que a algunas personas les funciona sin problemas, puede estar siendo dañino para nosotras.
