Vitrificación de óvulos: tú decides el cuándo

Vitrificación de óvulos: tú decides el cuándo

1060 1285 Daisy Rosas

Hoy en día existen a disposición de las mujeres una serie de técnicas que pueden ayudarles a preservar su fertilidad. Una de las más recientemente perfeccionadas es la vitrificación de óvulos, que consiste en la congelación ultrarrápida de los mismos. Desde que se empezó a investigar en esta técnica, el objetivo siempre ha sido posponer la maternidad. Al principio, la voluntad solía ser la preservación de la fertilidad en pacientes que ponían en peligro su reserva de óvulos por estar inmersas en procesos de quimioterapia o radioterapia. O bien por la necesidad de realizar varias cirugías en los ovarios, cosa que podría dañarlos.

Pero los motivos de elección de vitrificación de óvulos en la actualidad, como casi todo, han cambiado. Ahora,  aparte de mujeres con problemas de salud que temen no disponer de suficientes óvulos cuando decidan ser madres, nos encontramos con mujeres perfectamente sanas que quieren tener hijos, pero más adelante. Por ejemplo, una mujer de 29 años sabe que quiere tener hijos, pero por motivos personales quiere  posponerlo varios años. Para asegurarse de que cuando ella tome la decisión sus óvulos la estarán esperando, realiza un proceso de vitrificación para conservarlos en su estado actual.

vitrificación de óvulos

Hasta hace poco se consideraba una técnica experimental, pero en la actualidad las sociedades médicas europeas y americana la han introducido de lleno en la práctica clínica. Cada día aumentan los casos en los que se recomienda la vitrificación de óvulos, así como las mujeres que la prueban. Se recomienda no realizarla después de los 38 años, ya que la calidad de los óvulos disminuye y no se podrá garantizar la misma probabilidad de éxito.

Tal y como indica la Dra. Marta Lafont, directora médica de Fertilab, después de una vitrificación sobreviven entre el 90 y el 95% de los ovocitos conservando una alta tasa de posibilidad de fertilización. Esto supone una ventaja respecto a la congelación lenta, técnica usada años atrás, ya que la vitrificación, al tratarse de una técnica de congelación ultrarápida, evita la formación de cristales de hielo en el interior de las células, es decir, protege su vida. La velocidad de enfriamiento es tan elevada que no llega a transformarse en hielo, sino que se vitrifica directamente. A continuación, se podrán conservar tanto tiempo como especifique la paciente.

Para la mujer que desea vitrificar sus óvulos o embriones el proceso es muy parecido al de la fecundación in vitro: se estimula la producción de óvulos mediante inyecciones hormonales para realizar una punción posterior. Después de ello, los ovocitos son clasificados y los maduros son los elegidos para ser vitrificados. Una vez terminados estos pasos, la mujer puede volver a su vida normal y decidir más adelante cuando quiere tener hijos.

El proceso acaba cuando la mujer decide que está en su mejor momento personal, de salud o profesional y quiere tener un bebé. Entonces empieza lo que se llama desvitrificación. ¡Por fin palabras médicas que no cuesta pronunciar! Como su propio nombre indica, es el proceso inverso: se lleva a los óvulos (en este caso, aunque también podemos vitrificar  embriones) vitrificados de -196ºC a 37ºC. Esto se realiza con muchísimo cuidado, para evitar la formación de hielo dentro de las células. Una vez hecha, se procede a la fecundación con los espermatozoides y a la posterior transferencia del o los embriones al útero de la mujer. Más de la mitad de pacientes se quedan embarazadas después de la implantación de un óvulo o embrión anteriormente vitrificado.

¿Es la vitrificación de óvulos la única técnica actual para la preservación de la fertilidad?

La respuesta es no, pero las demás técnicas existentes se encuentran en fase experimental. Algunas de ellas son: la congelación del tejido ovárico, la trasposición de los ovarios, la protección con agonistas de GnRH y la maduración in vitro de ovocitos. Si bien es cierto que a día de hoy ofrecen menos resultados que la vitrificación, en algunos casos en los que ésta última no está indicada para la paciente por unos u otros motivos, son una opción posible y valorable.

Por último, un factor importante a la hora de decidirnos por una de estas técnicas es el precio. El de esta técnica ronda los 4.000 euros, desglosados en distintos procesos. No es la técnica más económica, pero es una buena salida para aquellas que no quieren perder la posibilidad de experimentar la maternidad más adelante. Porque como mujeres podemos decidir el cuándo, sin necesidad de argumentar un por qué.

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