Toda persona que esté buscando un bebé debe ser consciente de la importancia que tiene la alimentación para conseguir este objetivo. Una buena alimentación es fundamental para tener buena salud, algo que, sin duda, tiene influencia en la fertilidad. Tanto las mujeres como los hombres, especialmente si quieren concebir, deben revisar sus hábitos nutricionales con el objetivo de mejorar su capacidad reproductiva.
Si bien es cierto que la alimentación ha de ser variada y equilibrada, hay ciertas vitaminas y minerales especialmente beneficiosos para la fertilidad; la vitamina C es una de ellos.
La vitamina C es una de las vitaminas más importantes para nuestro organismo, necesaria para el crecimiento y la reparación de todos los tejidos del cuerpo. A parte de los beneficios antioxidantes que aporta por sí sola en nuestro organismo, también ayuda a nuestro cuerpo a absorber mejor otros nutrientes necesarios, como el hierro. Esta es una vitamina hidrosoluble, es decir, que se disuelve con el agua y sale del cuerpo a través de la orina, que además el cuerpo no es capaz de producir por sí mismo; es decir, que al no ser capaz ni de producirla ni de almacenarla, necesitamos un suministro constante de ella en nuestra dieta.
Su influencia en la fertilidad, además, ha sido comprobada y estudiada en sendas investigaciones. En las mujeres les aumenta las posibilidades de quedarse embarazadas, además de ayudar al cuerpo a estar más preparado para la procreación. La influencia en la fertilidad de la vitamina C hace que el fluido cervical, fundamental para transportar los espermatozoides hasta el útero, tenga mejor calidad, y por lo tanto, facilite el camino del esperma. Cuanto más abundante y mejor sea el fluido cervical, más posibilidades tendrán los espermatozoides de sobrevivir dentro del cuerpo de las mujeres y de llegar hasta el óvulo, favoreciendo así, el proceso de la reproducción. Además, está vitamina también favorece el aumento de estrógenos y progesterona.
Mientras, los espermatozoides también se ven favorecidos si los hombres consumen cantidades adecuadas de vitamina C. Varios estudios han evidenciado que favorece la movilidad y evita que se aglutinen, además, su poder como antioxidante contribuye a luchar contra los radicales libres y su nociva influencia para la fertilidad, favoreciendo la calidad general del esperma. También se cree que un consumo diario de vitamina C protege al ADN de los espermatozoides.
Una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, nos proporciona los niveles necesarios de vitamina C. Los cítricos son los embajadores por antonomasia de esta vitamina: naranjas, mandarinas, kiwis, limón, pomelo… pero también, las fresas y los frutos rojos, la piña, la sandía o el melón. También la encontramos en todas las verduras, especialmente en el brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor, los pimientos, las espinacas y verduras de hojas, los tomates o las patatas. Si pensamos que necesitamos recurrir a suplementos vitamínicos es mejor que sea un especialista quien nos lo recomiende.
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