Aunque la imagen que todos tenemos en la cabeza del útero es una especie de cono de equilibradas dimensiones, lo cierto es que no siempre presenta este aspecto, ya que las malformaciones o anomalías del mismo son más frecuentes de lo que comúnmente nos imaginamos, aunque en muchas ocasiones, las que las sufren ni siquiera son conscientes de ello. Entre estas malformaciones, el llamado útero septo o tabicado es una de las más frecuentes, -supone el 33% de estas- y se estima que afecta a un 2,3% de todas las mujeres.
Útero septo, ¿en qué consiste?
Cuando una mujer tiene el útero septo este presenta un tabique en el centro del mismo, dando lugar a dos cavidades uterinas. Esta anomalía es congénita y se da antes del nacimiento de la mujer, en su etapa embrionaria cuando los conductos de Muller se unen dando lugar al útero, las trompas de Falopio y la parte superior de la vagina; se cree que un fallo en esta fusión es la responsable de que se produzca este tipo de malformación.
Tener el útero de esta manera puede pasar desapercibido durante toda nuestra vida, sin embargo, también es muy probable que, cuando queramos quedarnos embarazadas, nos comience a dar problemas; no para lograr el embarazo -para lo que no interfiere- sino para llevar a término el mismo, ya que detrás de los abortos de repetición hay entre un 10 y un 25% de posibilidades de sufrir útero septo. Esta malformación también se ha asociado a los partos prematuros y a la muerte fetal.
Sin embargo, en algunas ocasiones se consigue que el embarazo llegue a término, aunque la peculiaridad de este tipo de úteros y la dificultad que tiene el bebé para moverse, suele obligar a realizar cesáreas para el nacimiento. Así pues, tener el útero tabicado no es una causa común de esterilidad, sino de infertilidad.
Tratamientos indicados…
La buena noticia es que el tratamiento para este tipo de úteros existe y suele dar muy buenos resultados al conseguir aumentar la tasa de embarazo a término a un 80-90% de los casos.
Por lo general, la forma de diagnosticar este problema suele hacerse después de haber sufrido dificultad para lograr terminar un embarazo, aunque en algunas ocasiones se aprecia antes, pues algunas mujeres presentan molestias al mantener relaciones sexuales o al introducirse un tampón debido al tabique vaginal. Para detectarlo basta con una ecografía vaginal o una radiografía con contraste de útero y trompas.
Recomendaciones médicas
La mayoría de los médicos recomiendan hoy en día, ante un problema de esterilidad por útero septo, la extirpación del tabique a través de histeroscopia. Aunque la operación es relativamente sencilla y el índice de éxito en cuanto a embarazos normales una vez realizada es muy alto, si esta anomalía se detecta pronto -cuando todavía no se ha iniciado la búsqueda del embarazo- la tendencia actual es no hacer nada, al menos hasta ver si el problema desemboca en abortos de repetición o si, por el contrario, si consigue llevarse a término.
Si sospechas -o sabes- que tienes una malformación uterina y estás en búsqueda de un embarazo, es más que recomendable que acudas a una consulta preconcepcional y realices revisiones periódicas con tu ginecólogo, para saber con más certeza cual es tu situación y tus opciones.