La Tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune que ataca y destruye progresivamente a las células de la tiroides puesto que las identifica como “extrañas”. Esta alteración, lejos de ser algo anecdótico, afecta al 5% de la población adulta y se estima que incide entre 10 y 15 veces más en las mujeres que en los hombres, cuyo rango de edad más afectado es entre los 30 y los 50 años. Esta enfermedad pone en peligro al embarazo y al feto, además de incidir negativamente en la fertilidad debido a los desarreglos en el ciclo que produce el hipotiroidismo que ocasiona esta enfermedad.
La tiroides es una glándula que tenemos en el cuello y que produce hormonas que influyen en casi todas las funciones de nuestro cuerpo. Además de controlar el metabolismo, la tiroides se encarga de la regularidad de los ciclos menstruales y las necesidades del bebé durante su desarrollo. En los hombres también puede ser una causa de una disminución de la fertilidad. Durante el primer trimestre de embarazo, el bebé necesita la oferta de la madre de la hormona tiroidea para la formación y el desarrollo de su cerebro y sistema nervioso. A partir de la semana 12 la tiroides del bebé comienza a trabajar por su cuenta, sin embargo, este sigue dependiendo de la madre para el yodo que utiliza la tiroides para producir hormonas. Así pues, un embarazo en el que la tiroides está poco o mal tratada puede originar problemas como preeclampsia, anemia, abortos involuntarios, desprendimiento de placenta o hemorragias posparto. Además también puede ocasionar un parto prematuro, u otros problemas en el bebé tales como bajo peso al nacer, defectos de nacimiento, problemas con la tiroides y en el peor de los casos, muerte fetal.
Este escenario vuelve importantísimo el control de la función tiroidea antes de quedarse embarazada e incluso que toda aquella mujer que esté buscándolo solicite un estudio de la función tiroidea que incluya screening de autoinmunidad, -un análisis de sangre normal que determina la presencia de anticuerpos antitiroideos-. Muchos de los síntomas normales de un embarazo como fatiga, estreñimiento o aumento leve de peso pueden hacer que sea fácil pasar por alto los problemas de tiroides en el embarazo.
Sin embargo, las mujeres que reciban tratamiento para la enfermedad de Hashimoto pueden quedar embarazadas sin problemas. En general, el tratamiento suele mantener estable la enfermedad, por eso es muy importante que si se sufre esta alteración se consulte con el médico antes de planear el embarazo para que lo controle durante todo momento.
Buenos días:
He tenido dos abortos iguales en un espacio de tiempo muy corto (los dos dejaron de crecer en la semana 6), el primero en septiembre de 2017 y el segundo en marzo de 2018, el médico me dijo que tenía la hormona de la tiroides un poco elevada pero que no debía preocuparme, ya que eso no afectaba al embarazo. Sin embargo en mi familia hay antecedentes de enfermedades en la tiroides, a mi tía le extirparon la tiroides y a mi madre la paratiroides y un trozo de la tiroides, y mi prima tiene tiroiditis de Hashimoto…. ¿Puede ser que yo también tenga algún tipo de problema en la tiroides y por eso mis embarazos no pasen de la 6ª semana?