Cuando nos proponemos tener un bebé, consciente o inconscientemente, miramos hacia nuestras féminas cercanas a ver qué tal se les dio a ellas eso de engendrar una nueva vida. De esta manera, si nuestra madre o hermanas son de aquellas que se enorgullecen de haberlo conseguido “a la primera”, de quedarse con sólo mirarlas o han dado a luz a todo un equipo de fútbol sala, una puede pensar optimista que correrá la misma suerte. Mientras que, si cuentan historias de embarazos infructuosos, de muchos años buscando el hermanito o de gestaciones complicadas, comenzamos a preocuparnos y a buscar información sobre clínicas de Reproducción Asistida. Pues bien, para bien o para mal, nada de lo que les pase a nuestras parientes en materia de reproducción tendrá por qué verse reflejado en nosotras, ya que ni la fertilidad ni la esterilidad son hereditarias.
La esterilidad depende de muchos factores, que además, provienen de dos progenitores cuyos historiales reproductivos son únicos e independientes. Sin embargo, sí que hay algunas patologías genéticas que pueden complicar o incluso impedir un embarazo.
Para las mujeres, hay dos enfermedades que sí son hereditarias y pueden conllevar disminución de la fertilidad la endometriosis y los ovarios poliquísticos. Un alto porcentaje de mujeres con estas dos enfermedades tienen familiares que también las sufren o han sufrido. Asimismo la menopausia precoz, también es una patología que puede heredarse, sobretodo de madres a hijas . En estos casos, las mujeres tienen una reserva ovárica disminuida acorde a una persona mucho más mayor y por eso encuentran dificultades para concebir cuando no tendrían por qué.
Mientras, en los hombres, existen casos como la mutaciones o midrodelecciones -pérdida de un pequeño segmento de cromosoma- que afectan a genes relacionados con la producción de espermatozoides, muchas son mutaciones adquiridas mientras que otras tienen carácter hereditario. Solo cuando las mutaciones o microdeleciones afectan al cromosoma Y, su esperma no produce espermatozoides; si un hombre consigue tener un hijo a través de alguna técnica de reproducción asistida, si es varón, heredará el mismo problema. También existen otros trastornos genéticos como el Síndrome Klineffelter o la fibrosis quística que impiden la producción de esperma.
Es decir, que en caso de que la infertilidad tenga un origen genético, si puede heredarse de padres a hijos, sin embargo, sea hereditaria o no, la infertilidad depende de muchos factores. Si llevas algún tiempo intentándolo y conoces o te preocupa que pueda existir alguna causa hereditaria de por medio, piensa que antes de someterte a cualquier tratamiento de reproducción asistida deberás hacerte varias pruebas médicas entre las que se contemplan los problemas genéticos. De esta manera os recomendarán el tratamiento necesario para vosotros.
No cabe duda de que si nos está costando conseguir un embarazo, estar rodeados de hermanas o primas a las que parece no costarle nada, o escuchar comentarios de madres, tías y abuelas que nos confiesan la facilidad con las que se quedaban embarazadas, puede ser emocionalmente duro. Cuando se empieza el camino de la búsqueda de un hijo nunca se sabe cuán largo o corto va a ser, y desde luego, las facilidades o dificultades de nuestras parientes nada tienen que ver con las nuestras.