Clamidia, la bacteria de la infertilidad

Clamidia, la bacteria de la infertilidad

1000 837 María Blanco Brotons

Aunque no es la más conocida de las enfermedades de transmisión sexual, la infección por clamidia es una de las ETS más frecuente. Lo verdaderamente grave de esta enfermedad no es tanto lo molesto de sus síntomas -en la mayoría de los casos no presenta ninguno- sino que si no se trata puede ocasionar infertilidad, especialmente femenina.

Al igual que el resto de las ETS la infección causada por la bacteria Clamydia Trachomatis se transmite durante las relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección con una persona infectada. Asimismo, también puede ser transmitida de madre a hijo durante el parto vaginal, por lo que es importante que las mujeres infectadas con clamidia que no han estado tratadas se sometan a una cesárea.

La clamidia es muy fácil de tratar y curar con antibióticos, sin embargo el 40% de los casos de que no se tratan puede originar que la bacteria suba hasta el cuello cervical y se extienda en forma de infección por los ovarios, las trompas de Falopio o el útero, causando enfermedad inflamatoria pélvica, que como consecuencia puede producir una obstruccion de  las trompas. Así, la clamidia que no se detecta a tiempo puede afectar a la fertilidad femenina de varias maneras: al infectar el cuello cervical puede impedir que los espermatozoides alcancen la cavidad uterina; si afecta a los ovarios, puede producir alteraciones en la ovulación, disminuir la cantidad y calidad de óvulos y/o provocar una infección o absceso ovárico. Si son las trompas las que se ven afectadas, esta puede ocasionar el bloqueo de una o las dos trompas, lo que impediría a los espermatozoides encontrarse con el óvulo y fertilizarlo, además de imposibilitar el traslado del óvulo fertilizado desde el ovario hasta el útero, por lo que aumenta el riesgo de embarazo ectópico. Y si la infección por clamidia alcanza el interior del útero puede obstaculizar la correcta implantación del embrión produciendo una endometritis, a veces crónica. Además, esta bacteria puede provocar dolor durante o después de tener relaciones sexuales, por lo que, muchas parejas se ven obligadas a evitar practicar sexo durante la época más fértil, lo cual, evidentemente, reduce las posibilidades de conseguir un embarazo.

Clamidia, la bacteria de la infertilidadSi conseguimos quedarnos embarazadas teniendo clamidia, existe más posibilidad de sufrir problemas graves como un mayor riesgo de embarazo ectópico o de aborto espontáneo, infección del líquido amniótico, ruptura prematura de membranas, parto prematuro, bajo peso del recién nacido o que este sufra neumonía o conjuntivitis durante el parto vaginal.

La infección por clamidia no presenta síntomas en un 75% de los casos, por eso, se la conoce como la enfermedad silenciosa. Sin embargo, cuando sí se presentan suele caracterizarse por un flujo vaginal anormal, irritación, ardor al orinar, sangrado entre periodos, dolor durante las relaciones sexuales, dolor pélvico, fiebre e infertilidad. De hecho, muchas mujeres han descubierto tener clamidias después de llevar mucho tiempo intentando quedar embarazada al acudir al especialista en reproducción. Si tienes alguno de los síntomas antes descritos,tanto tú como tu pareja, debéis acudir al médico de inmediato; un tratamiento oportuno puede evitar que se produzca un daño irreparable en los órganos reproductivos.

El tratamiento para este tipo de infecciones consiste en la administración de antibióticos durante un mínimo de diez días, aunque este tiempo dependerá de la gravedad de la enfermedad y de aquello que el médico considere. El tiempo que dure el tratamiento no debemos mantener relaciones sexuales. Para asegurarse de que la terapia ha sido efectiva, se recomienda hacer un control posterior.

La recomendación general es que todas las mujeres sexualmente activas con riesgo de infección -que tengan una nueva pareja sexual o varias parejas sexuales- se realicen una prueba anual de detección de clamidia. Asimismo, la presencia de esta bacteria debe descartarse en todas la mujeres embarazadas. Asimismo si hemos sufrido una infección grave por clamidia y queremos saber si esta a afectado a nuestros órganos reproductivos, el médico realizará una ecografía vaginal y nos informará del estado de nuestros órganos. La presencia de esta infección se determinará mediante un cultivo vaginal específico o los anticuerpos en sangre. Sin embargo, la ecografía no permite ver si las trompas están dañadas o no, con lo que habrá que recurrir a otras pruebas.

Si estáis en plena búsqueda del embarazo es recomendable realizar un cultivo de moco de cérvix, para descartar cualquier tipo de infección por ETS así como un cultivo de semen en el caso de los hombres, pues, a ellos la clamidia puede causarles inflamación de los testículos y la próstata, trastornos de la uretra y se cree que una mayor fragmentación del ADN seminal. Si cualquiera de los dos tiene clamidia, ambos deben ser tratados, y abstenerse de mantener relaciones sexuales hasta que finalice el tratamiento.