El frenético y estresante día a día nos pide a gritos parar un momento y dedicarnos unos largos minutos a relajarnos y desconectar. Por eso, la práctica del yoga ha atraído a tantísimos adeptos, incapaces de renunciar a sus ratos diarios de práctica de estas milenarias disciplinas.
El yoga es uno de los seis sistemas filosóficos de la India. Éste propone un conjunto de técnicas destinadas a desarrollar nuestras capacidades físicas y energéticas así como las habilidades psíquicas y de conciencia espiritual que todos llevamos dentro. Aquellos que practican el yoga desde una postura racionalista, coinciden en que es una manera fabulosa de conseguir bienestar físico y mental, algo que, por otra parte y enganchándolo con el tema que nos preocupa, no puede ser más favorable para la fertilidad.
De hecho, yoga y fertilidad están íntimamente ligados, tanto es así, que existe un tipo de yoga denominado “de la fecundidad” cuyas posturas y técnicas están orientadas a favorecer el embarazo y mejorar la salud reproductiva.
El principal y más directo beneficio de la práctica de yoga respecto a la fertilidad es la reducción del estrés, una de las causas que más interfieren en el camino a la concepción. Además, hay determinadas posturas y respiraciones especialmente indicadas para estimular y tonificar el aparato reproductor, tanto femenino como masculino, con lo que, además de incrementar la fuerza y salud de estos órganos, mejoran la circulación sanguínea y linfática equilibrando los niveles hormonales, para así conseguir una mayor predisposición a la fecundación. Asimismo las posturas y los ejercicios de relajación y respiración del yoga ayudan a incrementar la libido y a producir hormonas sexuales.
Aunque el yoga para la fecundidad está enfocado al fortalecimiento de pelvis y cadera, la mejor de forma de practicarlo es en pareja, de esta forma, además de un beneficio físico individual se impulsa la comunicación verbal y no verbal entre hombre y mujer, dando claves para disfrutar plenamente en la intimidad.
De todas las formas de yoga, las mejores para trabajar la fertilidad son las más suaves; mientras que el Bikram y el Ashtanga yoga no son aconsejables para las personas que buscan aumentar sus posibilidades de quedar embarazadas, si lo son el Hatha yoga -que incluye posturas y movimientos lentos y metódicos, y que se enfoca en mejorar la postura y la relajación con técnicas de respiración-, el yoga Kripalu -que mejora la conexión cuerpo-mente a través de posturas simples y técnicas de respiración profunda- y por supuesto el yoga parejas, en la que los compañeros ayudan a completar las posturas al mismo tiempo que favorece a la intimidad y a la comunicación entre el hombre y la mujer.
Pero hablemos de posturas; ¿cuales son las más recomendables para la fertilidad? ¡Toma nota!:
Postura del puente: boca arriba, rodillas flexionadas y pies apoyados en el suelo tan cerca de los glúteos como sea posible. Realiza respiraciones profundas y relajantes, a continuación levanta la pelvis y las nalgas con cuidado, junta las manos detrás de la espalda y mantén la postura durante un minuto sin dejar de realizar las respiraciones.
Postura de piernas contra la pared: Acostada en el suelo con las nalgas cerca de la pared, inhalamos y exhalamos mientras extendemos las piernas por el lado de la pared, formando un ángulo de noventa grados con la pelvis. Ni ejerzas presión sobre las caderas ni fuerces las rodillas, sólo mantén una posición cómoda entre dos y cinco minutos.
Postura del zapatero: sentada en el suelo con las piernas estiradas directamente delante de ti. Lleva los pies hacia las inglés al inhalar lentamente y empuja las plantas de los pies juntos. Con cuidado y lentamente baja las rodillas al suelo todo lo que puedas. Mantén esa postura entre uno y cinco minutos, con cuidado para no crear tensión en las piernas.
Así que ya sabes, nada mejor que poner en forma tu cuerpo y tu mente a través del yoga para alcanzar la tan deseada concepción.