La fatiga y el cansancio son algunos de los síntomas normales que provoca el síndrome premenstrual. A diferencia de otros, estos pueden alargarse más que el resto de los síntomas y encontrarnos en los días finales de la menstruación arrastrando esta incómoda sensación de extremo cansancio. Esto se debe no sólo a los cambios hormonales y a la brusca caída de estrógenos y progesterona sino también porque la falta de descanso que nos ocasiona las otras molestias habituales del síndrome premenstrual -dolor abdominal, falta de sueño, retención de líquidos– suele impedir que el cuerpo se relaje como es debido y nos alargue así esta sensación de cansancio.
No debemos pasarlos por alto
Pero ¡ojo! Tampoco debemos dejar pasar por alto estos síntomas sin hacerles mucho caso, porque detrás de la fatiga y los mareos también puede haber vinculados una serie de problemas que es importante detectar. Así, podemos sentirnos más agotadas debido a una tensión más baja de lo normal; si notamos que esa sensación de fatiga es más intensa de lo habitual, conviene consultar al médico porque pudiera estar agazapado un trastorno de la glándula tiroides. Otra de las causas que se relacionan con los mareos es la píldora anticonceptiva, ya que, de hecho, es uno de sus efectos secundarios. Asimismo, también podría existir un problema de anemia o déficit de algún nutriente esencial detrás de la fatiga y los mareos antes y durante la menstruación. Además, las mujeres somos más vulnerables a la carencia de hierro, un problema que se puede agravar por los cambios hormonales y las hemorragias de la menstruación. Los mareos son más comunes en las mujeres que han sido diagnosticadas de vértigos, sobre todo en casos de menstruaciones irregulares.
Aún sin la existencia de un problema grave detrás, la fatiga y los mareos se traducen en una considerable disminución de la energía, lo que, en muchas mujeres supone un impacto directo sobre su humor, productividad y relaciones interpersonales, por ello, es importante tomar medidas para hacer de estos días del mes algo más llevaderos. La clave para lidiar con la fatiga menstrual es saber qué hacer y qué evitar; unos simples cambios en tu estilo de vida te ayudarán a mantener tus niveles de energía estables durante el período.
La alimentación, pieza clave
En la alimentación se encuentra la piedra angular del bienestar, por eso, una dieta saludable, rica en nutrientes y baja en azúcares, grasas y cafeína favorecerá a tu energía. Procura tomar alimentos ricos en hierro y en vitamina C, pues estos ayudan a absorber mejor el hierro. Las nuees y las semillas, son ricas en magnesio y en vitamina B; ambos nutrientes ayudan a contrarrestar la fatiga. No olvides mantener una buena hidratación y beber mucha agua, ya que el cansancio provoca deshidratación.
También es importante no dejar de hacer ejercicio esos días. Mantenerse activo ayuda a calmar los síntomas premenstruales; aunque sea la última cosa que te apetece hacer, seguir moviéndose es importante para generar endorfinas, reducir el estrés y favorecer el descanso. Disminuye la intensidad de los días en los que no estás bajo la influencia del periodo, pero no dejes de hacerlo.
Presta atención a tu descanso, tanto la calidad como la cantidad de las horas de sueño se vuelven más importantes que nunca. Además de las 8 horas recomendadas al día, procura tomar pequeñas siestas después de comer, evita todo aquello que te cause excitación antes de irte a la cama, trata de irte a dormir todas las noches a la misma hora y procura buscar una posición realmente cómoda.
Si pese a todo los síntomas persisten y te hace insoportable aguantar tu día a día, no dudes en consultar a tu médico, quien observará si detrás de este cansancio se haya escondido algún problema mayor que necesite un tratamiento concreto.

Muy interesante este blog.