Los tratamientos de Reproducción Asistida no suelen resultar un camino sencillo para las parejas que, en general, les supone una dura experiencia al tener que hacer frente a un proceso que resulta costoso tanto desde el punto de vista económico como desde el físico y psicológico. Conocer las tasas de éxito se convierte en un asunto muy importante para los pacientes de estas técnicas, pues, aunque existen muchos factores que intervienen en la infertilidad, saber de antemano las probabilidades de éxito según las técnicas, ayuda a tener los pies en la tierra y a tomar decisiones.
Desde que en 1984 nació la primera bebé “probeta” en España, el número de nacimientos por técnicas de reproducción asistida en nuestro país ha ido en considerable aumento, tanto que a día de hoy el número de bebés nacidos gracias a estos procedimientos supera los 10.000 al año. Y es que, España es el tercer país de Europa con más tratamientos de fertilidad. En estos más de treinta años también ha cambiado mucho el perfil del paciente que requiere estos servicios, que ha pasado de estar formado por parejas jóvenes casadas con problemas de fertilidad y esterilidad, a mujeres de más de 35 años, -casadas, con pareja, solteras u homosexuales- que han retrasado la maternidad y quieren tener descendencia. Las tasas de éxito desde entonces también se han visto muy mejoradas, sin embargo, no se puede hablar de tasas únicas de éxito para todo el conjunto de la reproducción asistida, sino en concreto para cada una de las técnicas, y aún así, diferenciar dentro de cada técnica según la edad de la madre, el número de intentos, si se usan óvulos o esperma de donantes, etc.
¿Qué técnicas son las mejores?
De todas, la técnica que tiene unas menores tasas de éxito es la Inseminación Artificial (IA); con esta, en el primer intento, no suele superarse el 20% de embarazos positivos, sin embargo, tras varios intentos puede aumentar hasta un 50%. Asimismo, esta técnica suele ofrecer mejores resultados cuando se realiza con semen de donante. Por otro lado, la IA también está indicada para mujeres sin pareja o con pareja femenina sin ningún problema de fertilidad, en estos casos, la tasa de embarazo acumulada puede aumentar hasta el 80%.
Por su parte, la Fecundación in Vitro (FIV) tiene una tasa de éxito que puede incluso llegar al 75-85% de los casos, eso sí, después de 3-4 intentos. Por intento, su probabilidad de embarazo es próxima al 30%. Además, es importante hacer una diferenciación por rango de edad, puesto que los porcentajes de éxito varían considerablemente en función de la edad de la madre, así, para menores de 35 años es del 80%, entre 35 y 39 años se reduce a un 60-65% y para aquellas mayores de 40, de 35%. Sin embargo, cuando la FIV se realiza con ovocitos de donante, la tasa de embarazo aumenta hasta rondar el 70% por ciclo o el 95% al cuarto intento.
Entre todos estos porcentajes hay que tener en cuenta que la eficiencia natural del ser humano, es decir, el rendimiento reproductivo que tenemos como especie, se sitúa en torno al 25% por ciclo ovulatorio, lo que nos sitúa en los mamíferos con menor capacidad de reproducción de forma natural. Esto convierte a los números obtenidos de los tratamientos de reproducción asistida en realmente altos y explica el por qué se han convertido en la manera médica más habitual para tener hijos deseados.