La embriodonación, o donación de embriones, es una técnica de reproducción asistida que consiste en utilizar embriones, previamente criopreservados (congelados), de parejas que se han sometido a tratamientos de reproducción asistida y que no han tenido que utilizar todos sus embriones para lograr un embarazo, y que por lo tanto han donado los sobrantes para ser utilizados por otras parejas o mujeres que no pueden lograrlo con sus propios óvulos y espermatozoides. Es decir, la embriodonación es cuando se recurre a embriones donados para lograr cumplir el deseo de ser padres.
¿Para quien es adecuada?
Esta técnica está indicada para parejas en las que existe tanto un factor masculino como uno femenino de infertilidad, mujeres solteras mayores de 40 años y parejas lesbianas, así como para parejas que deciden adoptar un embrión, en vez de un niño. Es un procedimiento que se caracteriza por su relativa sencillez, ya que se evita pasar por las fases más incómodas de la fecundación in vitro, es decir, la estimulación ovárica y la punción folicular; un precio más accesible y unos buenos pronósticos; las tasas de éxito de la embriodonación suelen rondar el 45-50% en cada transferencia.
Sin embargo, el principal inconveniente que encuentran muchas parejas, es que no lleve la carga genética de ninguno de ellos o que, a diferencia de lo que ocurre con la donación de óvulos y semen, la pareja no puede elegir las características de los embriones, aunque sí podrán transmitir sus deseos. Aunque la embriodonación siempre se realiza de manera anónima, siempre se asignan embriones compatibles al grupo sanguíneo y al rh, además de buscarse que exista una afinidad en las características físicas de los futuros padres.
¿Qué hacer si hay más de los que se necesitan?
Generalmente, cuando un tratamiento de fecundación in vitro produce más embriones de los que se implantan, la pareja a la que les pertenecen estos embriones tienen que decidir cuál será su destino: volverlos a utilizar en un segundo tratamiento, donarlos para la investigación médica, donarlos a otras parejas o descartarlos. Debe renovar el destino de estos preembriones sobrantes cada 2 años, así como pagar por su mantenimiento en las clínicas privadas. Por lo que muchas parejas cuando ya han satisfecho sus deseos genésicos cambian el consentimiento.
Asimismo, los requisitos para que se puedan donar son: que la mujer de la pareja donante fuera menor de 35 años en el momento de la congelación y el varón menor de 50 años, sin antecedentes personales ni familiares de interés, con un estudio analítico normal, sin presencia de enfermedades infecciosas ni genéticas.
La embriodonación y sus pasos a seguir
El proceso de embriodonación consta de los siguientes pasos: primero se seleccionan los embriones más óptimos para cada caso. En la segunda fase, se lleva a cabo la preparación endometrial de la mujer receptora, para lo que la mujer debe tomar un medicamento orientado a proporcionar a su útero la capacidad de implantación de los embriones.
Si la receptora tiene ciclos regulares, se determina mediante análisis de sangre el pico de LH, lo que significa que está ovulando, y se inicia entonces una pauta de apoyo con progesterona vía vaginal, tras lo cual se programa el día de la transferencia. Si la receptora, tiene ciclos irregulares, está entrando en menopausia o no desarrolla un endometrio adecuado, se opta por un tratamiento hormonal.
Finalmente se lleva a cabo la desvitrificación (descongelación) de los embriones y la transferencia de los mismos en el útero de la receptora. Este procedimiento es rápido e indoloro y se lleva a cabo con la ayuda de una cánula especialmente diseñada para ello bajo control ecográfico. Después sólo queda esperar entre 12 y 14 días para ver si se ha producido el esperado embarazo.
Antes de iniciar un proceso de embriodonación es muy importante que los receptores asimilen y entiendan que su futuro hijo no llevará su carga genética, esto a veces supone un largo proceso de aceptación, que pasa por diferenciar entre lo que es dotar a alguien de una carga genética y ser la madre o padre de ese futuro niño o niña. A veces, resultan de mucha ayuda compaginar este proceso con un apoyo psicológico

Hola, yo he hecho una adopción de embriones, (anterior a ello hice varios tratamientos sin éxito) me transfirieron dos embriones, implantó uno, ya tengo 5 meses de embarazo y será un niño 🙂 estoy muy feliz y con ganas de tener a mi bebito en mis brazos. Ánimo a quien por algún problema de fertilidad no haya logrado gestación, tenéis esta opción, es mucho más económica y no te atiborras de medicamentos como en una Fiv. Y lo de los genes, pues eso es lo que menos me importa, tendrá mi amor y mi cariño que eso si es lo más importante. Un beso