La danza además de ser un excelente ejercicio tiene un componente artístico que la convierte en una de las actividades preferidas para mantener en perfecto estado cuerpo y mente. Si estás intentando quedarte embarazada y además te apetece probar con la danza, la danza oriental o del vientre, te puede dar más de una alegría.
La danza del vientre es una de las expresiones corporales más antiguas del mundo y la que mejor conecta con la feminidad. La mayoría de sus movimientos están pensados para preparar a las mujeres para el momento de dar a luz, además aporta sensualidad, flexibilidad a los músculos y no resulta nada agresiva, pues sus movimientos lentos y ondulantes hacen trabajar a todo el cuerpo, poniendo especial atención en la cadera, los músculos abdominales, la pelvis y el pecho.
¿Cuáles son los orígenes de esta danza?
Los orígenes de este baile son misteriosos y poco claros, aunque la mayoría de los estudios la sitúan en el Antiguo Egipto donde formaba parte de los ritos que hacían en honor a la fertilidad. En los países árabes se le conoce como Raks Sharki, que significa, literalmente, danza oriental. Fueron los exploradores europeos del S.XIX con gusto por lo exótico y el descubrimiento de nuevas culturas, quienes comenzaron a llamarla danza del vientre, al quedar completamente fascinados con los movimientos de cadera y vientre que no se veían en las danzas europeas.
En la danza del vientre se unen elementos del folklore más primitivo con la danza clásica y contemporánea. Se caracteriza por una serie de movimientos suaves y fluidos, y por la disociación y coordinación simultánea de las distintas partes del cuerpo. El protagonismo está siempre en la cadera, que sensualmente va alternando movimientos rápidos y lentos, enfatizando los abdominales con movimientos de pecho y hombros, mientras la acción se completa con unos brazos serpenteantes y unos movimientos circulares de muñeca.
Los beneficios que la danza del vientre aporta a la maternidad son tanto físicos como psicológicos. Por un lado, los músculos que más se trabajan en este tipo de danza son los del perineo, el bajo vientre, los abdominales y torácicos, todos ellos fundamentales para el embarazo y el parto. Los músculos del suelo pélvico son los utilizados durante el alumbramiento, pero no suelen utilizarse normalmente, por lo que, pueden atrofiarse. Al bailar, ganan en fuerza, elasticidad y flexibilidad, preparando así al cuerpo para el momento de dar a luz.
Además, al mover las caderas y el pecho y ser conscientes de nuestro poder de seducción, la danza del vientre saca toda la sensualidad que llevamos dentro. Es un baile que aporta seguridad e imaginación, despierta el deseo sexual y libera de bloqueos corporales.
La danza del vientre es, en definitiva, una excelente manera para mantener en forma tus músculos pélvicos, prepararte para el parto, sentirte femenina y seductora, corregir tu posición corporal, organizar los chakras y pasar un rato muy divertido.
