¿Eran los mayas capaces de predecir el sexo del bebé?

¿Eran los mayas capaces de predecir el sexo del bebé?

1080 768 Marian Requena González

La curiosidad, -que en algunas sociedades se traducía en intereses muy concretos-, por saber si se espera un niño o una niña, es una constante en la historia de la humanidad.

calendario maya del embarazo

Si bien hoy en día apenas tenemos que esperar unos pocos meses para que se nos revele el gran misterio, -con muy pocas probabilidades de fallo, además-, nuestros antepasados inventaron tablas y otros instrumentos pseudocientíficos con los que creían predecir el sexo del bebé y que la mayoría de las veces se basaban en la observación y la estadística. Con un 50% de probabilidades de acertar, hubo quienes se lanzaron a la creación de sus propios calendarios para adivinar el sexo del bebé, como es el caso de los chinos y los mayas. Si bien ambos calendarios son muy parecidos, -aunque difieren en las correspondencias de casillas- vamos a centrarnos en los de la antigua civilización americana.

La cultura maya fue una civilización precolombina mesoamericana que se desarrolló en el sur de México desde el año 2000 aC y que alcanzó su esplendor entre los años 200 y 900 dC. Ha pasado a la historia por haber desarrollado el único lenguaje escrito conocido en la América precolombina, así como por su arte, arquitectura, sistemas matemáticos y astronómicos y también, aunque quizás en una línea más baja de importancia, por haber creado un sistema de predicción tanto del día en el que las mujeres darían a luz como del sexo que tendría su bebé.

¿Cómo funciona el calendario maya del embarazo?

La historia que ha llegado a nuestros días es que los mayas podían adivinar el día exacto en el que darían a luz haciendo un nudo cada día de gestación. Así, de alguna manera, extraían algunos datos que, de manera estadística, les permitía concretar el día del nacimiento. Parece que la ciencia estadística era la misma que guiaba su tabla para predecir el sexo del bebé.

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Ésta, estaba organizada por un lado en el que se establecían todos los meses del año y en el otro, la edad de la madre, -desde 15 a 40 años-. El uso es muy simple, sólo hay que mirar la edad y el mes en el que la madre concibió, en cuya intersección le corresponde un símbolo de mujer o de hombre. Así, por ejemplo, si una mujer de 31 años se queda embarazada en mayo tendrá una niña, pero si lo hace en junio, ya será niño. Esta tabla, no sólo permitía conocer previamente el sexo de los pequeños mayas, sino también, planificar el nacimiento de un niño o una niña dependiendo del mes de búsqueda de la madre.

No sabemos hasta qué punto los mayas confiaban en su calendario del embarazo, aunque con todo lo que conocemos hoy en día sobre fertilidad y concepción, podemos deducir que no hay ninguna ciencia exacta detrás de esta tabla, y que por lo tanto, su fiabilidad deja mucho que desear. Más allá de ser un pasatiempo entretenido, la probabilidad de acertar no deja de ser de un 50%.

Hoy sabemos que son los cromosomas del padre quienes determinan el sexo que tendrá el bebé, ya que, el óvulo siempre tiene cromosoma X (femenino), mientras que el espermatozoide puede llevar un cromosoma X, y por lo tanto el bebé será niña, o Y, del que resultará un varón. Básicamente que sea un espermatozoide con cromosoma X o Y el que alcance el óvulo es una cuestión de azar. Así que, puestos a hacer tablas para adivinar el sexo del bebé, debería ser el hombre el que debiera someterse a dicho test, ¿no os parece?.

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